Leni le cuenta a Muv que conoció a alguien a través de internet. Le dice que se pasan el día chateando y que en algún momento no muy lejano, se encontrarán para salir.
Muv escucha sin demasiado interés porque desde el principio no cree que la impresión en tres dimensiones logre superar a la cibernética.
Mejor ir sin expectativas, dijo Muv, si el tipo no te gusta, te vas a desilusionar mucho.
Y qué me importa cómo es el tipo si ya me gusta por escrito, dice Leni mientras hojea una revista de moda, mirá si a esta altura del partido me va a importar si es pelado o petiso. Todo eso ya fue, Muv. Estamos en una edad dónde lo que importa es otra cosa.
Muv piensa un rato. Teóricamente, Leni tiene razón. Pero tambien sabe y lo sabe por experiencia propia que hasta el ser humano más noble tiene un costado desagradable que mas temprano que tarde, se suele descubrir. Tambien sabe que si no hay algo, una chispa, electricidad, energía, onda o como uno quiera llamarle, en general, las citas a ciegas son un gran fracaso.
Esto es lo mismo que cuando hacen una pelicula basada en una novela. El libro siempre es mejor. Bueno, con la gente es lo mismo. Vos sabés Leni, la gente por escrito siempre es mucho más interesante y encantadora de lo que es en la vida real. Ponele, le dice, el tipo es gangoso o tartamudo o bizco o tiene un problema para caminar. Ponele que le faltan los dientes, que se mete el dedo en la nariz.
Ya vi una foto, contesta Leni
Las fotos son bastante mentirosas y vos lo sabés mejor que nadie, Elena.
Leni se rie. Cuando Muv se pone seria la llama por su nombre.
Lo que decís tiene cierta lógica, Muv, algo extraño viniendo de vos, la agrede sacándole la lengua.
Pero vos sos linda, Elena, le dice Muv dándole un coquito en la cabeza mientras juega a bambolear la ojota en el filo de los dedos de los pies.
Yo soy lo que puedo, Mabel, le dice Leni y se rie porque sabe que Muv odia su nombre, como todo el mundo, como cualquier persona. No seas hueca, por favor, le pide.