domingo, agosto 26, 2007

Película

Cuando volvió de comprar algo para cenar y alquilar una película, no encontró a Salvador en la cama.
Salva, gritó. Dónde te metiste.
Nadie le respondió.
Revisó el baño, la cocina, el comedor y caminó directamente a la habitación dónde ella, algún día, debería sentarse a escribir. Ahí lo encontró, enroscado en la colcha y sentado sobre la cama de una plaza que hacía las veces de sillón.
Qué estás haciendo acá. Sos loco o qué. Andate a la cama.
Quería estar un rato acá, dijo Salvador. Te gusta esta habitación?
Sí, me gusta.
Entra un montón de luz, viste? No sé. Cuando la ví me pareció que te iba a gustar escribir acá pero desde que nos mudamos nunca te ví sentarte a escribir ni quince minutos.
Muv miró alrededor. Era cierto que el lugar tenía todo lo que a ella le gustaba. Era claro, tenía luz, plantas con flores. Era acogedor. Era el lugar que ella siempre había tenido en mente y sin embargo, Salvador tenía razón. Nunca se había sentado a escribir ni una sola letra, salvo el día anterior. El día del desastre.
Vamos, dale. Alquilé una peli. Vamos. Nos metemos en la cama y la miramos.
Salvador se paró. Le estiró la mano a Muv y Muv lo llevó, así, de la mano, hasta la cama.
Acostate de una vez y dejá de tomar frío, dijo Muv y Salvador obedeció.
Muv sacó la película de la caja y la metió en reproductor. De un salto, se sacó las zapatillas y salió corriendo. Volvió corriendo con dos chocolates. Los tiró arriba de la cama. Se metió vestida debajo de la frazada y apuntando con el control remoto, dio play.
Esta película ya la vimos, dijo Salva. La están pasando en la tele.
No importa. La vi y me dieron ganas. I´m always wanted to be a Tenenbaum, dijo Muv.
Me too, me too, respondió Salvador.
Se comieron un chocolate. Después otro. En algún momento de la película se rieron, en otra sonrieron. En una escena se espantaron. Pero hubo una en particular que los conmovió.
Siempre me recordaste a Margot Tenenbaum, dijo Salvador.
Muv sonrió de costado. Desde el momento en que vio la película, siempre pensó que Margot y ella estaban unidas, que era su representación filmica a pesar de todas las diferencias físicas que tenía con Gwyneth Paltrow.
Todavía estás enojada, preguntó Salvador.
No me hagas acordar, respondió Muv. Si me acuerdo, me enojo de nuevo.
No, no. No te acuerdes.
Siguieron viendo la película. Se quedaron callados hasta que terminaron de pasar los créditos.
A veces siento que vos y yo somos uno solo, dijo Salvador.
Muv lo miró.
Pero otras veces, siento que no te conozco nada.
Muv bajó la cabeza. Pensó: Me conocías. Me conociste. Ahora, no sé si nos conocemos.
Voy a preparar la cena, le dijo.
Se levantó de la cama y se metió en la cocina.
A Salvador le sonaba en la cabeza un tema de los Rolling Stones.