domingo, septiembre 02, 2007

Perro

Muv se sentó a las puteadas. Se había olvidado el reproductor de mp3 sobre la mesa del comedor y ahora, en el subte -que quizás por la hora o porque lo había tomado en la terminal estaba vacío- por más esfuerzo que hizo, no pudo dejar de escuchar la conversación que tenía una pareja que se sentó frente a ella.
Los miró disimuladamente. Eran una pareja común, como cualquiera de las otras. Ni él ni ella tenían una belleza singular. Ni él ni ella se destacaban de demás los pasajeros.
Intentó recordar alguna canción de los Smiths pero por más fuerza que hizo, no pudo encontrar la melodía. La conversación ajena se le metió en los oídos.
El le decía que ella lo estaba tomando demasiado en serio. Ella lo miraba como si hablara japonés. El repetía que extrañaba a su ex novia, que no se sentía cómodo. Ella lo seguía mirando de la extraña forma que mira el que no entiende una palabra de lo que le están diciendo. El quiso ser claro: no quiero una novia. Ella arqueó los ojos. Ya fue, le contestó. El se la quedó mirando. No te pongas mal, le dijo. Ella lo miró. Nada que ver, no estoy mal. Estás mal, yo te conozco, dijo él e intentó tocarle la cara. Ella movió la cabeza hacia atrás. Podemos ser amigos, dijo él.
La mujer respiró pronfundo. Inclinó la cabeza, levantó una ceja. Muv estaba atrapada por la conversación. Ya no les despegaba los ojos.
El hombre miraba a la mujer con mirada de santo o de cachorro, como comprendiendo el dolor que ella sentía por haber sido víctima de semejante desprecio.
Pero escuchame una cosa, pedazo de forro, dijo la mujer y Muv se sobresaltó porque casi lo dijo a los gritos, quién es el pelotudo que me llama todos los días? Quién es el que quiere ir de la manito por la calle, cuando salimos del telo?
Muv bajó la vista. Miró el techo, movió la pierna, buscó algo dentro del bolso. Conocía la escena, la había vivido, la había visto, la había oído y hasta se la habían contado. A veces, entre risas, con bronca, llorando. Una escena repetida. Mil veces. Siempre la misma escena.
Pero la mujer seguía.
Mientras estuve con vos, salí con otro. Es hora de que lo sepas y te replantees quién fue el que se tomó esto demasiado en serio. El otro sí me gustaba. Ahora, tranquilizate y ponete cómodo.
Muv sintió palpitaciones. Decidió bajarse en la siguiente estación aún cuando no era la que le correspondía a su destino y contra su morbo que le pedía a gritos que siguiera oyendo y que se enterara de todo.
Lo último que escuchó fue al hombre pidiéndole a la mujer que bajara la voz. Después, una lluvia de puteadas de parte de ella.
Se sintió tranquila en el andén, caminando. Recordó, con una sonrisa cínica, las veces que había mantenido conversaciones así con algunos de los catalogados "tipos sin importancia" y la proporción directa de oportunidades en las que había escuchado todo eso sin responder una sola palabra. Sin contestarles nada a esos, a los sin importancia, a los "uno", a los cualquiera, que sólo eran eso: unos sin importancia.
Reflexionó: tan sin importancia no fueron. De haberlo sido, no los recordaría y sin embargo, los recuerdo. Qué lástima haber perdido tanto tiempo. Qué lástima no haber contestado. Lo peor del silencio es que se convierte en rencor y uno siempre lo lleva encima.
Se sintió lastimada. Todavía, después de tanto tiempo. Como uno de esos perros de la calle a los que la gente patea y que después, cuando cualquier humano les acerca la mano, tira el tarascón. La entristeció reconocerse asi. Y reconocer que así había actuado durante años y quizás, hasta ahora.
En la escalera mecánica repasó algunas caras, las que podía recordar. Al final, no eran tantos y errores comete todo el mundo, volvió a pensar. Intentó perdonarse.
Qué suerte que nunca más voy a pasar por eso. Por suerte, no son todos iguales.
En la calle, prendió un cigarrillo. El viento le apagó el encendedor tres veces. La cuarta, consiguió mantener la llama prendida.
Caminó dos cuadras. Pensó en Salvador.
Y si me quedo así, como un animal lastimado, por el resto de mi vida? No se puede vivir así, pensó. No. No se puede.