sábado, mayo 19, 2007

Belleza

A mí siempre me pareció que vos eras mucho para mí. No me preguntes por qué, pero siempre lo creí, más allá de todo lo que crean los demás - y aunque confirmen lo que creo-, siempre me pareció que yo no estaba a tu altura. Hasta por la cosa más boluda.
Salvador se recuesta sobre el respaldo del asiento del micro. Bufa un poco pero explica. Y explica casi murmurando. Muv se acerca para escuchar.
¿Qué cosa boluda? pregunta Muv.
Y no sé... Convengamos que no soy el tipo más atractivo del mundo.
¿M? piensa Muv. Qué estás diciendo, Salvador.
Y... a vos siempre te importó la apariencia de la gente. Y bueno, yo qué sé. Durante muchos años pensé que no me veías por eso. Porque yo no era particularmente bonito.
Muv largó una carcajada. "Particularmente bonito" repite.
No te rías, boluda. Qué. Todos tenemos nuestras inseguridades.
¿Qué te pasa? ¿En estos meses te cambiaron la cabeza?
No, pará.
El micro avanza por la autopista, hay pocos autos y desde adentro nadie siente la velocidad.
No, no paro. Me estás hablando como si yo fuera una boluda superficial. Yo no soy así.
No, gansa, no te digo eso. Podía pasar que yo no te gustara. Que yo no te gustara nunca en la vida, por mucho que me quisieras.
Me estás cargando, dice Muv que ya no se ríe y levanta un poco la voz.
Sh, dice Salvador. No hay necesidad de que todo el micro se entere de lo que hablamos.
Pero nene! Como si yo fuera la gran cosa.
Para mí sos la gran cosa.
Pf.
Bueno, eso. Siempre pensé que vos te ibas a quedar con un tipo más lindo, más bueno, más vivo, más exitoso. Nadie iba a pensar que ibas a terminar conmigo. Ni yo.
"Terminar conmigo" dice Muv y arquea una ceja. No sé por qué decís terminar, si nosotros siempre estamos empezando.
No te esfuerces por entender para el carajo, dice Salvador.
Hacen silencio mientras miran por la ventanilla.
¿De verdad creés que la gente se enamora de otra gente por lo bien o mal que se ve? pregunta Muv después de un rato.
Y... sí, dice Salvador. Te tiene que gustar algo del otro para enamorarte, por lo menos al principio. Y yo no conozco a nadie que se haya enamorado de no sé... ponele... la bondad del otro, o la inteligencia, o qué se yo. Me parece que siempre estamos buscando algo físico que nos guste. Si no aparece, no hay tutía. Después, vendrá todo lo que quieras, que sos bueno o compañero, que te gustan las mismas cosas, pero todo eso viene después.
Muv se queda callada y se le nota, porque a esta chica todo se le nota en la cara, que no le gusta nada el comentario.
Qué mérito tiene ser hermoso, dice un poco enojada. Si venís así de fábrica. No tenés que hacer nada para ser hermoso. Nacés así. Y si todo fuera ser hermoso, bueno... la mitad de la población mundial andaría renga. No está nada bien eso que decís.
Salvador suspira.
Puede ser, le dice. Puede ser que no esté bien. Pero, a lo mejor, si yo hubiese sido hermoso-hermoso, no hubiesemos tardado doscientos cincuenta y dos meses en terminar juntos.
Muv escucha. Doscientos cincuenta y dos meses y repite "terminar juntos".
Claro, responde Muv. A lo mejor, si vos hubieses sido hermoso-hermoso, no me hubieras dado bola en la putísima vida. Desde cuándo llevás la cuenta de los meses, pregunta asombrada.
No sé. Desde un día que no estabas. Tampoco es un logaritmo. No me tuve que romper la cabeza.
Y cómo puede ser, dice Muv indignándose un poco, cómo es posible que después de doscientos cincuenta y dos meses, vos te hayas puesto a pensar en esto.
Dije que era una cosa boluda. Y también dije que era una de las razones por la que pensaba que vos no ibas a terminar...
Sí, que no iba a terminar con vos. ¡Yo no quiero terminar con vos!
Uff. Bueno, y qué querés, pregunta Salvador para que deje de darle vuelta las frases y que quede arrinconada en una respuesta que supone que ella no tiene.
Muv piensa un poco. Revisa el diccionario mental de palabras que no tengan que ver con el final de nada.
Me quiero quedar con vos. Eso. Quedar. Estar. Vivir. No sé. Todas esas. Yo quiero festejar con vos. Eso. Sí, eso. Eso mejor.
Festejar qué, pregunta Salvador mientras empieza a acomodarse en el asiento en posición de dormir.
Que estamos vivos, Salva. Y que después de todo vamos a ver el mar. Los dos.