viernes, noviembre 02, 2007

Supersticiosa

Salvador le dijo a Muv que quería organizar una fiesta.
Nunca inauguramos esta casa, le dijo. Sería bueno invitar gente, tomar algo, qué se yo.
No, dijo Muv y siguió escribiendo.
Por?
Porque la gente deja en las casas toda su mierdita y después, sólo los que viven en ella, la padecen. No quiero.
Y desde cuándo vos pensás esas cosas?
Desde siempre. Decime cuándo viste que alguien haga una visita de cortesía, sólo por saber que los que viven en una casa están bien.
Varias veces lo vi. De hecho, nosotros hemos hecho unas cuántas visitas así.
Mentira.
Verdad.
Mentira. Las veces que fuimos a alguna casa, que no sea la de Leni, fuimos porque nos hincharon tanto las pelotas que si no íbamos, nos teníamos que agarrar a trompadas. La gente no entiende que uno no quiera decir que no de primera.
Otra vez te agarro "la cosa", dijo Salvador y se preocupó.
"La cosa", como vos decís, nunca me soltó. No me gusta la gente. No me gusta estar con mucha gente.
No te gusta, claro. Pero al recital ese vas a ir.
Los del recital no van a entrar a mi casa. No mezclemos.
No mezclo. Digo: no te gusta la gente y vas a un recital a un estadio. Incoherente.
Yo no quiero organizar ninguna fiesta. O mejor, hagamos una fiesta nosotros dos, solos. Qué otra gente necesitas.
Muv, no podemos estar siempre solos como si fuéramos Adán y Eva.
Poder, podemos.
Bueno, no quiero. No me parece sano.
No me importa. No quiero que entre nadie que nos toque las cosas. Que venga a fingir que se alegra por nosotros. Es todo mentira. Nadie se alegra por otro. La gente solo se alegra por lo que le pasa a si misma. Nada más.
Uy, nena, qué resentida.
Lo que quieras. Decí lo que quieras. Total, el historial de forreos lo llevo yo. Y no tengo más ganas de que me forreen.
Tu hermana te va a venir a forrear? Leni?
Ah, exageró Muv, qué fiestaza! Vos, yo, mi hermana y mi amiga. La joda loca. Para eso, las invitamos a merendar y ya. Qué fiesta ni fiesta. Dejame de joder.
Salvador se quedó callado un rato.
Nosotros íbamos siempre a fiestas, Muv. Lo pasábamos bien.
Ibamos de levante, Salva. Y no siempre lo pasábamos bien. Además, una cosa es ir a una fiesta, otra, muy distinta, es hacer una fiesta en dónde vivimos. No quiero.
Pero yo si quiero. Yo quiero hacer una fiesta, bailar, tomar, pasar una buena noche con gente conocida.
Bueno, hacé como quieras. Yo no tengo ganas de hacer una fiesta, de limpiar la basura que deja hacer una fiesta, atender a la gente que viene a la fiesta. Me pone de mal humor. No quiero "conocidos" adentro de casa. Si viene alguien, que sea el que nos quiere mucho y bien. Y sabés cuántos son esos? Con toda la furia, son siete.
Bué. Yo puedo invitar a los de la oficina.
Ah, qué lindo. Todos esos forros que estás puteando de lunes a viernes. Sí, claro. Invitalos a casa. Va a ser un momento hermoso.
No seas chota. Demosle un poco de lugar a la alegría.
Mi alegría es que vos vuelvas a casa todos los días. No necesito nada más que eso.
Cuándo te agarró "la cosa" otra vez?
No sé.
Hacía como diez años que no te pasaba.
Doce.
Por qué resurgió.
Porque estamos bien como estamos. Y porque no quiero que nadie venga con su mierdita a ponernos mal.
Salvador pensó. Miró a Muv. Volvió a pensar.
Esto es como creer en la mala suerte, dijo. Vos no crees en la mala suerte. Cómo podés creer en la mala vibra?
"Mala vibra".
Bueno, en esa pelotudez de que la gente trae su mierdita.
Muv se levantó de la silla.
Hacé la fiesta si querés. Hacela. Vas a ver cómo se nos va a la mierda todo por meter acá adentro a tus conocidos. Vas a ver.
Y claro que la voy a hacer. Con tu ayuda o sin ella. Yo quiero hacer una fiesta y espero que te diviertas.
No voy a salir del dormitorio.
No seas pendeja.
Te lo digo en serio.
Cómo vas a hacer algo así.
Desafiame.
Uf. Quiero hacer una fiesta. Una fiesta, carajo. Ni un velatorio, ni una sesión de espiritismo.
Hacé lo que quieras. Ya vas a ver como tengo razón.
Salvador siempre tuvo miedo a las profecías de Muv. Muchas veces, creyó y con razón, que la propia Muv se encargaba de que se autocumplieran.
Quiero que te saques de la cabeza esa idea de la mierdita de la gente. Si un día tenemos un hijo no lo podemos criar para que sea un desconfiado.
Muv se rió.
No va a hacer falta criarlo para que sea así. Lo va a llevar en los genes. Acordate que si tenemos un hijo, alguna parte de su código genético será mío.
Pobre pendejo, dijo Salvador. Voy a hacer una lista. Después te la paso. Los que no quieras que vengan, los tachás.
No cuentes conmigo. Claramente estoy diciendo que no quiero extraños dentro de casa.
Pero son amigos, Muv!
Yo tengo una sola amiga! Y mi hermana. Los demás, son conocidos ocasionales. Uno comparte un tiempo con ellos, cuando empieza a conocerlos, o desaparecen o desaparecés. No me jodas más con lo de la fiesta.
Sos terca.
Sos ingenuo.
La fiesta se hace igual, dijo Salvador, dándole la espalda.
Y todo lo que pase desde ese día en más, será tu responsabilidad.
Muv se encerró en la habitación de escribir. Salvador se puso a armar la lista. No se le ocurrió ningún nombre.