martes, junio 26, 2007

Clon

Volvió caminando al trabajo en plena hora de almuerzo. Tenía hambre. En lugar de comer algo, pasó los cuarenta minutos esperando en la fila para comprar entradas para un recital.
Mientras volvía pensó: Si por lo menos viniera The Cure...
Durante la mañana había hablado con el plomero y el electricista. Estaba harto de tener que llamarlos para que definieran cuándo terminarían su trabajo. A él, nadie lo llamaba para que hiciera el suyo. La puta madre, dijo, cuando cortó. Otra semana más.
No supo por qué, mientras caminaba por la calle, recordó a Aldana. No había llegado a ser su novia. Habían salido un par de veces, unos meses antes de que se decidieran a empezar con Muv. Aldana era divertida. Lo hacía reír, la pasaba bien con ella. No era hermosa. De hecho, fue una de las más feas con las que anduvo pero tenía algo, lo que las minas llaman "personalidad" y los tipos no nombran, que la hacía adorable.
Y tuvo su buena dosis de paciencia con él. Soportó tres plantones, dos semanas de ausencia y la disolución definitiva de los llamados telefónicos. Y la excusa repetida fue siempre la misma: Es mi amiga y no está bien.
Hasta que un día, como es claro, Aldana se cansó de esperar y dejó de llamarlo, de insistirle para verlo y de a poco, fue desapareciendo hasta que se volvió completamente inexistente.
Aldana no fue la única. Había otras, de algunas ni siquiera recordaba las caras exactamente. Pero esa tarde, volviendo de comprar las entradas y porque una chica que estaba dos personas delante de él, en la fila, se le parecía un poco, no podría sacársela de la cabeza.
Por un rato, le pareció que Aldana era alguien del pasado, del pasado más remoto. Y sin embargo, habían pasado sólo dos años. Y no era que la extrañara, sino que simplemente, sobre todo cuando a Muv se le dio por irse, se preguntó, en más de una ocasión, que hubiese pasado si...
Era divertida, si, afirmó mientras la recordaba, pero nunca fue Muv. A Muv te dan ganas de abrazarla, de matarla, de volverla a abrazar y de salir corriendo.
Se sorprendió al encontrarse dialogando con sí mismo.
Qué salir corriendo, se contestó. Estás arreglando una casa para vivir con Muv, perdiste una hora de almuerzo por sacar las entradas de la banda que sólo a ella le gusta, dejate de joder.
Se sonrió.
Entregate, Salvador. Estás enamorado, pelotudo, se volvió a decir. Aunque siempre te quede la duda de qué hubiera pasado si en lugar de boludear con Aldana, le hubieses dado la importancia que merecía. En otra vida, macho. En otra vida.
Qué habrá sido de su vida, no? se preguntó. Se habrá casado, tendrá hijos, una carrera sólida y una casa terminada?
A quién le importa, le dijo su voz interior.
Entró al edificio y se cruzó con uno de Cobranzas.
Cómo andás, le preguntó el tipo.
Bien, dijo Salvador, bien.
Y mintió. En realidad pensaba en lo bien que le hubiese venido tener un clon.