Desde que Salvador y Muv acordaron ser novios, no dejan de recibir invitaciones.
A tomar café, al cine, a dar una vuelta.
Invitaciones que antes, cuando eran solos o cuando estaban sueltos, pasaban meses antes de aparecer.
La puta madre, dice Muv, colgándo el inalámbrico en la base, durante meses si no salía con vos, no salía con nadie y ahora que estoy con vos, todo el mundo me invita a salir.
Sos tan chota, Muv, dice Salvador, mirá si es momento para que me digas que yo era tu placebo.
Mejor ahora y no dentro de dos años, contestó.
Ajá, mirala vos. Ahora piensa en el futuro. Quién te ha visto y quién te ve, diría tu Oma.
Callate, estúpido, dijo.
Sonó el teléfono.
Dejá, dijo Salvador. Atiendo yo.
Después de escuchar el "hola", cortaron.