sábado, febrero 24, 2007

Valor

Tomó valor. Llevaba una bolsa de negocio de ropa coqueta en la mano, llena de ropa. Revolvió en la cartera hasta que encontró las llaves.
Abrió la puerta.
Antes de apretar el botón del ascensor, se miró al espejo. Respiró hondo mientras con la cabeza torcida y la mano libre, se estiró la remera.
El clac que hizo el ascensor, la decidió a abrir la puerta reja. Cerró de un golpe demasiado fuerte.
Demasiado entusiasmo. Calmate, se dijo.
Cuarto piso. Se volvió a mirar al espejo. Acercó la cara. Se sacó la lengua. Después, frunció la nariz. Abrió la boca y se miró los dientes.
Bajó del ascensor. Repiró profundo dos o tres o seis veces más. Puso la mano sobre el picaporte.
Abrió la puerta del departamento de Salvador.
Salvador, que estaba sentado frente a la computadora, dio un giro completo y dijo "hola".
Hola, dijo Muv, vine a quedarme.
Por fin, dijo Salvador.